Quién es quién en la industria de fondos de inversión, según patrimonio administrado
Según un análisis de Humphreys, Moneda lidera entre las AGF locales con US$ 5.355 millones en gestión al cierre del primer trimestre.
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Los fondos de inversión chilenos siguen creciendo. Según información de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) recogida por Humphreys, las AGF aumentaron su patrimonio gestionado en 6,41% durante el primer trimestre, respecto del cierre de 2022.
En detalle, durante el primer trimestre de 2023, las gestoras alcanzaron a US$ 35.719 millones, esto es, una expansión de 2,72% respecto de igual periodo en 2022, por la incorporación de nuevos fondos al sistema.
Los resultados de 2023 se suman al crecimiento sostenido del sector en los últimos 13 años. Al término de 2010, el patrimonio gestionado por la industria local alcanzaba los US$ 8.536 millones.
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“En la última década, el patrimonio administrado por las AGF en fondos de inversión públicos ha crecido un 226,67%, lo cual se explica por una mayor diversificación de activos para los inversionistas, además de ser una alternativa de financiamiento para distintas industrias”, señaló a DF el jefe de analistas de Humphreys, Ignacio Muñoz.
Moneda encabeza el podio
En cuanto a participación de mercado según capital gestionado, Moneda se lleva el primer lugar con US$ 5.355 millones en patrimonio administrado a través de 36 vehículos.
“Sigue manteniendo su posición de líder del mercado, aunque ha visto disminuida su participación en la industria de fondos de inversión, pasando de un 19% en 2020 a un 15% al cierre del primer trimestre de 2023”, precisó Muñoz.
El podio es completado por LarrainVial Activos, con un 8,47%, y la gestora de Compass Group, con un 8,17%.
De estas, “el mayor crecimiento en los últimos dos años lo ha mostrado Larraín Vial Activos AGF, quien ocupa el segundo lugar con un 8,47% del mercado, administrando 63 fondos de inversión y un patrimonio de US$ 3.024, mientras que al cierre de 2020, tenía la cuarta posición con un 6,94%”, apuntó el ejecutivo.
La industria en números
Según Humphreys, un 86% del patrimonio administrado corresponde a fondos de inversión no rescatables, caracterizados por no permitir el retiro total de sus cuotas o, en caso de aceptarlo, el pago se hace en 180 días o más.
Los fondos de inversión directa en activos alternativos lideraron en cuanto a capital gestionado entre los distintos tipos de fondos de las AGF, representando un 40,86% del total al cierre de 2023.
Mientras que los feeder en alternativos -es decir, aquellos fondos locales que invierten en un fondo principal privado o extranjero-, alcanzaron un 32,13% de los activos administrados.
En tanto, los fondos de inversión directa mobiliarios -de valores y otros instrumentos financieros- y feeder del segmento corresponden al 26,21% y 0,80% del total del patrimonio administrado, respectivamente, liderando la clasificación por clase de activos.
Dentro de estos, el principal tipo de fondo corresponde a los mobiliarios de inversión directa de deuda, los que administraban US$6.077 millones, un 17,01% del patrimonio total. Le siguen los fondos de inversión directa alternativos inmobiliarios y los fondos feeder alternativos de capital privados, los que representan 16,77% y 16,48%, respectivamente.
Desafíos en la clasificación de riesgo
El desarrollo del mercado de fondos de inversión ha significado un gran desafío para la clasificación de riesgo de los vehículos, señaló Humphreys. Ante clases de activos cada vez más diversas y sofisticadas, nacen distintos enfoques bajo los que se pueden evaluar, que van desde las cuotas transadas en bolsa hasta las clasificaciones de solvencia y/o pago de sus obligaciones financieras.
“Cuando se clasifican las cuotas de los fondos, se evalúa la probabilidad que tiene el fondo de cumplir con sus objetivos, por lo que es necesario tener parámetros establecidos y comparables”, apuntó Muñoz.
Lo que se repite para los bonos emitidos por los vehículos, “donde las clasificaciones deben ser equiparables con clasificaciones de deuda de largo plazo de emisores de otras industrias”, agregó.
Dentro de los aspectos en los que la clasificadora pone su atención se encuentran la fortaleza estructural del fondo -la capacidad que tiene de cumplir su objetivo-, la diversificación de la cartera y el tiempo que lleva en cumplimiento del objetivo.
A la fórmula también se agrega la clasificación de gestión que tiene la administradora, que revisa el total de patrimonio gestionado de la AGF, trayectoria, estrategia de negocios, control de riesgo, entre otros.